Friday, March 17, 2006

rain

La noche fue hermosa, nada mas dulce que dormirse oyendo el repiqueteo de la intensa lluvia.
Sin embargo, así de trágico les resulto despertar en esa misma situación. Y tener obligaciones y deber cumplirlas. Y hacerlo, de hecho.
Salir corriendo a medio despertar...chocar con la gente igual de apurada y odiosa; en las escaleras, en la calle en la oficina. Pasar el dia semi-humedo...con deseos de cualquier otra cosa.
En una oficina de caras largas y ojerosas, de resoplidos y discusiones....ellos se chocan en los pasillos .... y se gruñen: Porque uno termino el café y no lavó, porque el otro usa la fotocopiadora.
-Apúrate nene!! chilla...
¨ sabes lo que necesitas VOS!¨. La mira sin decirle nada, pero ella sabe lo que piensa.

A ambos les pesa el propio enojo.
Aman la lluvia pero no puede disfrutarla. ...Y el día es caótico y todos se gritan...Y el hogar que los espera esta vacío, sin caricas para cubrirlos del frío. Sin aroma a pan casero, y saberlo resulta agobiante.
Se vuelven a cruzar en el pasillo del archivo, con los brazos llenos de fichas y apuntes y PAPELES y más PAPELES!!
Y córrete y déjame pasar…. y me ténes harto!
Y sos un imbécil.
Y dale tarada!
Y a ella se le caen los archivos y resopla y se pone a juntarlos. Y se queda sentada unos segundos en el suelo, tratando de desaparecer.
Él le ofrece su ayuda con pocas ganas pero ella la rechaza. Obvio, ella puede con todo y no necesita nada que él pueda darle.
Él le pasa por al lado y se va, pero se siente mal, la rabia no lo libera, al contrario, lo agota.
Las 6.
¿No te vas todavía? Le pregunta.
Ella sin mirarlo responde, entre dientes, un escueto: ¿qué te importa?
y él piensa: Basta… Basta, bastaaaaaa!
"Basta, hagamos el amor" Piensa para sus adentros. Pelear quita tanta energía.

La ve salir con su bolso y se acelera.
La alcanza en la puerta del edificio, justo mientras espera que algún taxi se digne a parar.
Llueve copiosamente, ella tiene un paraguas, él se cubre con una carpeta.
El cielo gris, los edificios grises, la calle gris, gente gris. Ella a color.
El sonríe mientras recupera el aliento. Ella lo mira llena de orgullo. Se hablaron poco y solo para molestarse como consecuencia de su infantil mal humor.
Ambos están cansados, el día había sido agotador. Después de semanas de intenso calor y humedad el cielo había roto en una intensa lluvia hace dos días. El olor a humedad en la oficina era insoportable, así como las pocas ganas de trabajar de todo los empelados.
_¿qué? ...inquiere ella.
-Mi casa esta llena de goteras por favor invitame a la tuya- dice él sin pensar.
Sorpresa.
Se paraliza. Su cara se transforma.
"No entiendo: ¿goteras?, me estas cargando? , ¿Y se supone que a mi me importe? ¿Y a mi casa para qué? ¨
piensa, como es su costumbre...
Piensa muchas cosas.
Piensa que no sabe que no esta segura de que le estan proponiendo, que no sabe si quiere aceptar, que no sabe, seguro que no sabe... y que es una hermosa tarde para no estar solo.
El se mete debajo de su paraguas, esta empapado.
Ella sigue con el seño fruncido, inflexible.
El respira profundo y dice: no quiero pasar esta tarde solo.
y tan pronto suelta las palabras, ella se siente reflejada en el deseo.
Entonces se relaja un poco, suelta los músculos. Su mirada se vuelve apacible.
Asiente en silencio.
Ambos voltean hacia la calle. Esperan que pare algún auto.
Suben a uno.
No hablan durante el viaje.