Tuesday, January 10, 2012

carreteras

Muy cerca se oye el viento…
Escribió estas líneas y activo el corrector…es consciente de su mala ortografía…y aunque sabe que la vida es un borrador….corrigió igual…
Será que todos tenemos preconceptos? Ideas preestablecidas de las cosas y los demás…pienso que es muy común en los lugares pequeños…donde sin conocerse la gente se conoce; casi de casualidad, casi sin querer…por el solo hecho de llevar los oídos montados a cada lado de nuestras cabezas...
Qué pasa cuando los círculos se vuelven tan pequeños que los desconocidos conocidos se chocan…. Y sin darse cuenta la casualidad se hace presente?
Algunos prefieren pensar que la casualidad es un causa del destino….pero
…creer en el destino le parecía tan poco adecuado para tantas situaciones que la desecho de su mente…
(Puntos suspensivos…se puede llenar una vida de puntos suspensivos…? Como una carretera sin final? O de preguntas? )
Hay historias que nos remontan en los años y sin embargo se activan en el presente.
De niña e incluso en estos días, atesoraba la misma pregunta.
Pero en estos días y con la falta de fragilidad que nos rodea, su pregunta parecía sin respuesta. Claro!, porque un: no; corto y frio, no podía satisfacer su intriga, su pesquisa…
El problema es que andamos llenos de sensiblerías baratas y de muchísimos vacios y abrir las puertas de nuestras dudas mas intimas, aquellas que nos sitúan todavía como niños, puede llenarnos de temor.
Laura no gustaba del temor, pero lo creía posible. A veces, incluso, lo observaba cara a cara. Con sus ojos marrones.
Le hacía preguntas.
Algunas, porque muchas veces prefería que no hubieran respuestas.
No saber era uno de sus mayores deleites.
Se desconocían hacia ya varios años. La cantidad es siempre relativa a tiempo transcurrid y para ellos eran muchos…y en el camino de conocerse, encontraron más conexiones pasadas de las que hubieran imaginado.
¿Te has preguntado alguna vez, cuantas veces estuviste en el mismo lugar con alguien sin haberlo conocido entonces? Cuantos hechos has compartido sin saber…
Le fascinaba pensar estas cosas, perder su tiempo pensando en carreteras.
Carreteras como cintas que al final nunca sabría si llegarían a juntarse, ni como.
“lo terrible de los preconceptos es que nos impidan ver al otro que está presente” pensó…